Fin de Semana con Doña Concha

Conozco a Doña Concha de toda mi vida, y el fin de semana pasado estuve platicando con ella, en Chicontepec, un lugar fascinante en la huasteca; y aunque el objetivo de mi viaje no era estar con ella, las cosas se acomodaron y ahí estábamos, ella preguntando a cada instante para que le repitieran las cosas que se escapaban a su cansada escucha y yo admirando su elección por la vida...

En algún momento de mi niñez temprana escuché a Doña Concha (nombre de pila ganado por haber nacido el 8 de diciembre) decir, cuando fue victima eventual de alguna dolencia (así le dice ella a las enfermedades), "yo no quiero morirme, me gusta mucho la vida, la vida es muy bonita"...

Doña Concha ha ido dejando por el camino a sus seres queridos, primero sus padres, luego su esposo, que se fue cuando sus tres hijos todavía no asistían a la escuela; después sus hermanos y demás familiares cercanos y lejanos a los que recuerda sin tristeza, y finalmente se ha quedado entre nosotros, sin contemporáneos cercanos, pero con ganas de comer (actividad a la que no falla tres veces al día) y de platicar, y con sus ratos de jugar dominó, en donde por cierto, hace trampa sin tentarse el corazón sobre su posible víctima...

Doña Concha, educada en una familia mestiza de la sierra veracruzana, salió de su pueblo para vivir en la capital cuando tenía como 40 y finalmente regresó, para volver a convivir con los "compas", como ella les dice a los habitantes de la sierra que visten calzón de manta y coloridos trajes en las fiestas; y descanzar, y disfrutar de la vida que, sin prisa, sigue paladeando...

Falta decir que Doña Concha, es la mamá de mi papá, y que nació en el año 1908 y que aunque no sabe de computadoras y usa poco el teléfono, sigue diciendo cada vez que viene al caso, con una luz inmensa en sus ojos, que por cierto, aunque cansados no necesitan lentes, y con el ánimo de quien sabe que la vida es como es y lo acepta, "yo no quiero morirme, me gusta mucho la vida, la vida es muy bonita"...

Por último diré que, un par de meses atrás, a los casi 97 años de edad, hizo una declaración verdaderamente hermosa, pues aseguró: "este año me di cuenta que ya di el viejazo"...