Desde los Zapatos Propios

Muchas veces, en tiempos y lugares distintos, he escuchado que para poder entender la forma de proceder de alguien es necesario "ponerse en sus zapatos", es decir, imaginar que se es el "otro" y la manera en como ve las cosas en función de su edad y su situación en general.
¿Que se hace en el caso de querer entender la forma de proceder de uno mismo?
Creo que la respuesta no se encuentra sólo en terrenos del psicoanálisis o alguna otra disciplina similar que tenga los recursos para facilitar que yo me "ponga en mis zapatos" y obtenga una mejor perspectiva para entenderme.
Por otra parte, existen ciertos "vicios del lenguaje" que hacen que cuando una persona está hablando de si misma, parezca que está hablando de alguien más, como en la siguiente frase, en donde un conductor que acaba de chocar, trata de explicar su enojo:
" SI TU TIENES PRISA Y ADEMÁS CHOCAS, PUES TE ENOJAS, Y AUNQUE SIEMPRE HACES UN ESFUERZO POR CONTROLARTE, NO SIEMPRE PUEDES Y MENOS SI EL OTRO TAMBIÉN SE ENOJA Y TE BUSCA PLEITO..."
Parece que el conductor está hablando de la persona que lo está escuchando y no de sí mismo, tal vez por simple costumbre o porque hablar en primera persona es un poco incómodo, y el resultado implica que el protagonista, al volverse el observador que analiza para poder entender su propio comportamiento, se situa "desde afuera".

Creo que ver la vida "desde los zapatos propios" es un ejercicio que puede llevarme (y lo digo en primera persona intencionalmente) a muchas incomodidades y angustias, porque implica cierto grado de honestidad (de esa que maltrata la imagen y que no es el alimento favorito del ego) y de reconocimiento de mis miedos y flojeras, entre otras varias "linduras" personales que a veces prefiero ignorar, y que definitivamente sospecho que tienen un peso importante en las cosas que elijo y mi manera de proceder.

Por lo pronto, haré el ejercicio de hablar en primera persona y trataré de evaluar mis actos "desde los zapatos propios", esperándo poder entender mi proceder.

Foto: Río Aguanaval, en Durango, México.
(como otras que incluiré, se trata de una foto tomada en una salida de trabajo)

Secretos Intactos

He querido incluir esta foto en mi primera publicación, estrenando blog, porque es de un sitio que muy pocos conocen, rodeado de selva, con muciélagos y peces, hasta ahora visitado sólo por la fauna silvestre.

Como éste, he conocido muchos sitios que conservan sus secretos intactos, porque no han coincidido con el torpe camino del "desarrollo".

Al tiempo que escribo, en la ventana, un colibrí se alimenta en un "comedero" rojo de plástico, colocado por algún amante de la naturaleza, y un árbol cercano empieza a recibir a sus huéspedes nocturnos, de seis u ocho especies urbanas, resistentes a la contaminación. Algunos vecinos, con cierto grado de resignación, acompañan a "fido", "chacho" o "mafa", en el proceso rutinario de abonar los pastos en los jardines cercanos. A lo lejos, más allá de la reja que rodea completamente la unidad, el clarín de órdenes de la Universidad de la Marina, que seguramente anuncia algún cambio de guardia o final de actividades, terrestres todas. Vivo en la Cd. de México.

El sol filtrado por las ramas se cuela entre las persianas y yo sigo sin terminar el reporte de la legislación ambiental aplicable para el nuevo parque urbano.