lunes, septiembre 05, 2005

TOÑO (a propósito de Juan)


Recuerdo como ibas a mi encuentro, con lluvia y todo, saludo amable, guardían incondi_ cional, cuatro o cinco calles antes de llegar...
Callejero, con tus malos modos para tu género y con el corazón en la pata, para mi...
Cuando llegaste, cachorro averiado y asustado (literalmente como perro atropellado), te curé la pata y te diste tu, sin temor...
Un par de veces más se repitió la escena, camino obligado de la libertad en el asfalto...
Llegado el momento, al final de tu reinado, te ayudé a dormir y hasta en ese instante, parecias mirarme y mover la cola, agradecido aún por el remiendo en la pata rota, que tres lustros atrás, me valió tu amor... Foto: Orion (y Toño, libre como siempre, que sigue llendo a mi encuentro)


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